“Vinimos a matar el hambre. En esa Haití no hay ni croqueta,” dijeron Yulieski y Yunito Gurriel.
Muy contentos por haber llegado a la ciudad de Miami, procedentes de República Dominicana en un vuelo charter, la última gran estrella que quedaba en Cuba, Yulieski “El Yuli” Gurriel, el hombre de los momentos grandes de la pelota cubana reciente, dijo que estaba loco por comerse un pan con minuta, una croqueta, un pastelito de guayaba y conocer a Miguel Saavedra.
Parado frente al Versailles, dijo que de ahí se irían él y su hermano para la minutera de Flagler.

“No recuerdo cuando fue la última vez que me comí un pan con minuta” dijo Yulieski Gurriel.
Su hermano, por su parte, dijo que es tanta el hambre que están pasando en Haití, que estuvo pensando seriamente regresar a Cuba.
“Por suerte esos malos pensamientos ya pasaron. Ahora lo que quiero es que mi hermano me lleve para la Flagler y la 57 para el Palacio de los Jugos, que es dónde mejor se come aquí en Miami. ¡Que ganas tengo de fajarme con una completa!” finalizó diciendo.
Yulieski Gurriel dijo que uno de los más grandes motivos de su presencia en Miami es conocer a Miguel Saavedra, el líder de Sigilia Mambisa.
“Un grande en toda la extensión de la palabra. Quiero conocerlo y aprender de él. Por ejemplo, como puede soportar tanta presión. Como incluso se siente, al estar a veces respaldado por tantas personas, y a veces a quedarse con dos gatos. Eso, para mí que a menudo salgo al cajón de bateo entre aplausos y abucheos es fundamental, poder lidiar con todo eso; saber cómo lidiar con ello. Y Saavedra puede ayudarme mucho en ese aspecto,” dijo el Yuli.
Según se conoce, Yulieski Gurriel y Saavedra hablaron después, pero por teléfono. Saavedra le dijo que no podía ir ni al Versailles ni a la minutera de Flager.
“De hecho, ni sabía quién era, y cuando averiguó en Google y lo vio con Raúl en su casa, en una piscina, le colgó,” dijo Olga Lidia Saavedra, un familiar del destacado opositor anticastrista.