Un trabajador de la industria tabacalera delató a Marino Murillo delante del mandatario cubano Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez y diez minutos después ya no estaba ni por todo eso, reportó desde La Habana la agencia DDR.
“Emeterio no vino a trabajar ni antier, ni ayer,… hoy preguntamos y nos dijeron que ya no está entre nosotros,” explicó la Secretaria General del Sindicato, Susana Gómez Bugallón, a la agencia informativa.
Gómez Bugallón añadió que cuando ella se acercó a la administración para interesarse por el trabajador “desaparecido”, le sugirieron que dejara eso así no fuera que la desaparecieran a ella también.
“Yo les mencioné al Órgano de Justicia Laboral de Base y fue como si les hiciera un cuento de Álvarez Guedes,” explicó también Bugallón.
Varios trabajadores de la empresa dijeron bajo anonimato a DDR que Emeterio acusó a Marino Murillo delante de Díaz-Canel no solo de la inflación que se vive en Cuba en estos momentos, sino también de la desaparición de los cigarros. En su “descarga” le recordó también que la semana anterior él estaba pidiendo botella en 100 y Aldabó y Murillo le pasó por el lado en su carro y no lo subió al auto.
“Llegó tarde ese día, y no pudo coger el estímulo que dieron ni participar en un acto de masas, aquí con la gente de Prodal,” aclaró Iluminada López, trabajadora de la Empresa.
“Emeterio llevaba dos días sin fumar. ¡Le zumba el mango que uno, que trabaja aquí, no puede ni fumar. Yo ayer pude conseguir cuatro hojas, en el despalillé y me las llevé para mi casa. Sí, me las robé… me da pena decirlo, pero fue así,” explicó otro trabajador que rogó encarecidamente su nombre no fuera revelado, porque si su nombre llegaba al buró de Marino Murillo, iba a tener que suicidarse.
“Yo soy el único sostén de mi familia,” dijo y aclaró que su esposa es militante del Partido pero “le han comenzado a flaquear las fuerzas y los ideales”.
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