Un pan que puso a tostar Marino Murillo en una tostadora de piedra siefore – siforé, como dicen los cubanos – y que el ex zar de la economía cubana olvidó que había puesto, fue el responsable de la humareda que en el día de ayer se vio en la barriada del Vedado, justo frente al hotel Habana Libre.
Según se supo, Marino Murillo puso el pan en la tostadora para “merendar algo”, luego lo olvidó, y se marchó a una reunión del Partido, donde se analizarían los aportes de la industria del tabaco al PIB Cubano desde que este fuera nombrado presidente del Grupo Empresarial de Tabaco de Cuba, Tabacuba.
Tras conocerse del incidente, en plena reunión partidista, Marino Murillo tomó la palabra, ofreció disculpas a los residentes de la zona y pidió permiso para regresar a su casa, momento en el cual la joven Primera Secretaria del Comité Municipal del Partido en Plaza de la Revolución, Leira Sánchez Valdivia, lo interrumpió para exigirle que pidiera disculpas también a 11 millones de cubanos por “haberlos dejado quemados con el Ordenamiento Monetario y Económico”.
Leira aclaró que son 11 millones, y no 11,33 millones, según cifras del censo del año 2020, por que esos otros 330 000 restantes ya se han marchado del país a lugares como Rusia y Nicaragua, países a los cuales llamó “hermanos solidarios, que nos han permitido sacarle presión a la olla”, lo que provocó una estampida de al menos tres funcionarias del PCC en la capital que dijeron “haber dejado una olla en la candela”.
Autoridades de la capital se presentaron en el lugar del incendio una vez puestos en aviso sobre el incidente con la tostadora de Marino Murillo, a fin de resguardar los bienes patrimoniales del Vedado.
Tal es el caso del mural de Amelia Peláez en la fachada del edificio que alberga el hotel Habana Libre.Sin embargo, ya en el lugar, se enteraron que el mural ya no se encuentra en su sitio, desde el año 2019, y se marcharon.
Tal vez te interese leer: Marina Murillo llega a USA y pide Asilo Político