La vaca Rufina es la primera víctima en Cuba del imperialismo yanqui
Un monumento a la vaca más cara del mundo, la vaca Rufina que fue asesinada por manos imperialistas en el año 1960, se erigirá justo donde estaba el monte de las banderas, aseguró esta mañana a DDR el ingeniero jefe de la obra, quien explicó que se trata de “una reparación histórica”, por cuanto “la verdadera Batalla de Ideas comenzó ahí, ese año, en 1960, tras la muerte de Rufina.”
“La vaca Rufina fue víctima de la carrera armamentista y espacial cuando un cohete espacial norteamericano estalló apenas unos minutos después de despegar de Cabo Cañaveral, y varios pedazos de este cayeron sobre la provincia de Holguín,” relató a DDR un anciano que conoció a Rufina y a su dueño, también fallecido ya.
“Tras su muerte fue que comenzó el declive de la industria ganadera en Cuba. Nosotros contábamos con la vaca Rufina y sus herederos para convertir a Cuba en un país exportador de leche y de carne bovina, con mejores resultados que Uruguay y Argentina. Es bueno que las nuevas generaciones conozcan de esta anécdota, casi desconocida, para cuando se pregunten por qué no tienen leche, o por qué solo se le da leche a los enfermos, a la gente con dieta y a niños de 0 a 7 años, sepan explicar por qué. Y es por culpa del imperialismo yanqui,” expresó el anciano enardecido.
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“Recuerdo cuando Pancho, el dueño de Rufina, se apareció en el Palacio a hablar con Fidel. Llevaba un pedazo del cráneo de Rufina con un tarro que atravesó una plancha de metal donde podía leerse “Made in USA”. Aquello encabronó mucho a nuestro Comandante y tal como reclamamos el niño Elián, reclamamos que nos indemnizaran por Rufina.”
El testimoniante recuerda que casi una semana después de la caída del cohete, el 6 de diciembre de 1960, se publicó en un diario de EEUU una noticia que da cuenta de una especie de «desfile» que a modo de protesta realizaron 250 cubanos frente a la embajada yanki en La Habana, quienes escandalizados por la muerte de la vaca, hicieron desfilar otras vacas por las calles con una pancarta que decía ‘Eisenhower, asesinaste a una de mis hermanas’.
En el acto de repudio participaron además una media docena de vacas «que llevaban señales anti americanas».
Como consecuencia de este escándalo político y absolutamente democrático espontáneo y dirigido por Fidel, el gobierno de los Estados Unidos tuvo que pagar al estado cubano una «indemnización» de 2 millones de dólares como compensación, lo que convirtió a «aquella solitaria vaca cubana» en «una de las vacas más caras de la historia. A Rufina se le realizó un funeral de Estado, y fue enterrada con todos los honores por haber sido víctima de una «agresión imperial.»
“A Pancho, Fidel le dio 50 pesos, para que se comprara otra vaca,” aclaró la fuente.