La locutora y periodista cubana Julita Osendi, festejó ayer su onomástico en la Yuma, país al que arribó en días pasados avalada por su pasaporte español.
«Esto de no tener que pedir VISA es una delicia; ¿te imaginas yo haciendo esa cola en Miramar, en la Embajada de Colombia? ¡Ni muerrrrrrrrta!,» dijo.
Y su festejo no pudo ser mejor.
«Jugué mucho con la nieve. Desde que estuve en los Juegos Olímpicos de Helsinski, en Finlandia cubriendo la participación de la pequeña pero aguerrida delegación cubana, no la tocaba,»explicó la Osendi.
«De hecho, yo pensaba que si tu lanzabas una pelotica de nieve al aire esta se desintegraba, pero no, mantiene su forma, y su movimiento si no rectilíneo, porque claro, el ángulo de salida del brazo tiene mucho que ver aquí, y si no que lo diga mi ahijado Maels Rodríguez, al menos es uniforme,» expresó Julita quien se reveló toda una especialista y conocedora de la Física.
«Soy fan a Newton,» aclaró luego.
«Cuando vi que la 1ra de las Leyes se cumplía, y también la segunda, me puse muy contenta. Yo pensé que en el invierno, la masa no actúa igual, y que los cuerpos no se aceleran como en el verano, pero no: F sigue siendo = ma. Eso, a pesar de que hay un frío de cojones, y a esta edad a uno se le engarrotan los músculos, mijo», dijo cariñosamente Julita.
«Otra de las leyes que he descubierto durante mi estancia aquí en Pennsilvania, aunque no sé de quién es esta Ley, es que en invierno, el hambre aprieta más que en el verano. Debe ser por el gasto energético, que no es el mismo,» aclaró Osendi.
«Fíjate si es así que, cuando descubrí lo de la bola de nieve, me puse a dar unos brincos de alegría inmensos, como Arquímides, y a gritar «Eureka, Eureka» y me entró un hambre, que enseguida colé para dentro de la casa de mi cuñada Vero, y me preparé un pan con medallón de maiz,» dijo. Y aclaró:

«Con aceite de oliva, nada de soya.»