Fue Miguel “La Piedra”, el veterano luchador de Sigilia Mambisa quien le recogió ambas cosas a Osvaldo del suelo, y dijo que lo hizo, como gesto de buena voluntad, y para que no digan que él es extremista.
“No le guardo rencor a Osvaldo, a pesar de su pasado. Ya él ha demostrado que es de los nuestros,” dijo Miguelito.
Fue justo en ese instante, tras los abrazos, que Osvaldo se dio cuenta que podía ver, lo cual provocó más júbilo aún entre los reunidos. Sin embargo, pidió sus espejuelos pues dijo que “le molestaba el Sol de Miami.”
Sin embargo, la alegría se derrumbó como castillo de naipes, al serle entregado a Osvaldo un periódico Granma con imágenes de “La Marcha del Pueblo Combatiente”, en abril del año 80.
Al verlas, el artista enmudeció y derramó una lágrima, justo en el instante en que un extremista le disparó a bocajarro: “Todo eso lo provocaste tú, con tu ceguera política y tu guitarrita.”
Al hojear el periódico, Osvaldo descubrió la letra de la canción, la cual reconoció por los acordes que aparecían al lado.
“¡Por Dios! – exclamó Osvaldo. ¿Qué cosa es esto? ¿Yo escribí esto?, y comenzó a llorar al tiempo que murmuraba bajito que “él no debió escribir esas cosas.”
“Reniego de esto,” exclamó furibundo.
“Ahora veo más claro, puedo percibir por qué fuí tan mal recibido los primeros días en Miami. No debí escribir estas cosas. Lo lamento mucho,” dijo mientras se comía una croqueta.
“En Cuba todos me adoraban excepto Ania Linares, que me hacía sombra porque ella era la que quería ser protagonista en las Tribunas; pero yo gané más Premios Opina de la Popularidad que ella,” explicó Osvaldo al tiempo que pedía le facilitaran una guitarra para interpretar temas de la banda musical de la película “Se Permuta” para celebrar el suceso.