Indiscutiblemente hay momentos en que, por muy campechano que uno sea, no se te para, es que así no existe nadie a quien se le pueda parar el pensamiento. Y me refiero al pensamiento, porque es ese el que en determinadas ocasiones deja de funcionarnos y se detiene.
Veamos la terrible experiencia vivida por este joven a la hora de ponerse el condón. Algo tan fácil, pero algo tan…